domingo, 1 de febrero de 2009

Biblia 2

Pero el problema de la Biblia no es lo que dice, sino cuándo. Es muy común que se interprete la escritura de forma errada porque se hace desde una visión moderna, una visión en la que es fácil separar la religión de la vida cotidiana y vivirla nada más que como un hecho "espiritual". Esa tendencia a leer desde el ángulo actual aquello que fue escrito hace cientos de años en un contexto absolutamente distinto del nuestro, es peligrosa en la medida que aleja del verdadero mensaje cristiano que intentaba comunicar la primera comunidad. Flaco favor hace también la Iglesia, en este caso, pues permanece aterrada de que los laicos sepan acerca de la escritura y la historia del pueblo de Israel; hasta el momento el velo mítico que existe sobre la doctrina hace que los católicos chilenos no sean mejores católicos que muchos evangélicos. Esta realidad permite que los dogmas de la Iglesia, que son muy razonables, sean poco comprendidos y produzcan confusión en los fieles. ¿Cómo no va a ser confuso el hecbo de que un hombre pueda ser Dios? ¡Y tan fácil que sería explicarlo si no tuviéramos miedo a enseñar historia!
La mayorá de las veces se interpreta la Inspiración de los hagiógrafos como una especie de "escritura automática" como si el espíritu de Dios poseyera el cuerpo y escribiera con su mano ante la inconsciencia del personaje. Eso es espiritismo. La inspiración debe ser comprendida más como un intento franco de describir las realidades divinas por el espíritu humano. Desde esa franqueza, desde la contemplación de lo divino el hombre intenta en un lenguaje figurativo (análogo, como bien explica Tomás) describir esa realidad que no logra dimensionar. El espíritu de Dios está en ellos, pero no como un fantasma o una posesión diabólica =D sino en su única esencia, el amor (deus caritas est). Esos hombres, llenos del amor de Dios, hablan de él, reflejando su íntima realidad en un lenguaje humano y desde su única realidad humana.
Por eso la forma y el fondo no siempre son tan compatibles. Por ejemplo, es difícil entender como un dios que es amor (en el hebreo gratuidad, fidelidad, misericordia) mata a unos niños que se burlan del profeta Eliseo sin compasón alguna... En este caso la forma, depende del escritor y lo que éste quiso reflejar en el texto (por ejemplo la dignidad del profeta, o el hecho de que Dios puede ser "fuego consumidor") lo que constituiría el fondo real del texto. Para nosotros, desde la modernidad, alterar una historia es un delito a la información, pero en aquellos tiempos, el criterio histórico como lo conocemos ahora no estaba presente. Para ellos lo importante era el sentido que se quería transmitir al pueblo, pues la escritura era para conservar la tradición, no la información.
Ese solo detalle altera completamente la percepción que tenemos de la escritura, que tendemos a leer como si fuera una compilación de biografías exactas. Cuando en realidad es más del tipo de biografías que escribiría Isabel Allende, "realismo mágico" le llaman.

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