lunes, 9 de noviembre de 2015

Apocalipsis

Estoy harta de los temblores.

-Me imagino, hija, pero vives en un país de temblores. Ya deberías estar acostumbrada.

Eres bien insensible...

-Lo siento, no fue mi intención ofenderte. Sólo pensé que quizá necesitabas que alguien te calmara.

No me calma saber que seguirá temblando forever... T.T

-Hmm... piensa que con cada temblor se libera energía, reduciendo las posibilidades de un terremoto.

Eso es mejor :)
Lo peor es que en estos casos siempre aparecen los alarmistas apocalípticos... me asustan.

-¿por qué?

Porque... me gusta mi vida, me gusta el mundo, no quiero que se acabe.

-Lo siento, pero eso es inevitable. Todo lo que vive, morirá algún día. Eso incluye a la tierra.

Lo sé, lo entiendo, es sólo que prefiero no pensar en ello. Pero esta gente adora las catástrofes, y siempre hay alguna señal profética que les hace pensar que esta vez sí es el fin.

-Hum, si lo piensas bien, no es muy difícil encontrar señales apocalípticas, ya que hay profecías para todos los gustos.

Sí, en eso tienes razón.

...

¿Pero en qué diablos estabas pensando cuando les dictabas tanta pelotudez?

-Hey, yo solamente doy la idea, es el cerebro del receptor el que la traduce y agrega las imágenes necesarias. Además cuando llamo a un profeta nunca es mi intención centrarme en el asunto del fin de la tierra, a mí me interesa el presente. Siempre los llamo para exhortar a los pueblos, a ver si enderezan el camino, pero a veces fue inevitable tener que infundir un poquito de miedo... y bueno, la ley del teléfono, el mensaje llegó un poquito exagerado.

"Un poquito exagerado" ¡Santa madre de Dios!

-En realidad no tengo madre...

¿Y los jinetes del apocalípsis? ¿Y la luna roja? Ay de mí, me vas a volver loca...

-Para un poco. Las imágenes las pone el cerebro humano, sí, sin embargo no son irracionales. La plaga y el hambre y la guerra sí pueden acabar con la humanidad, el individualismo y el alejarse de las normas de Dios, cualquiera sea, también. Las normas inspiradas siempre tuvieron por fin que ustedes vivieran mejor. Pero cuando las di los hombres eran otros, sus cerebros eran más impresionables. El problema es que dejaron las ideas como estaban, en vez de adaptarlas a su realidad. Las personas empezaron a rechazarlas, algo obvio porque son ideas concebidas para humanos del primer, segundo o tercer siglo... ¿Cómo van a vivir personas del siglo veintiuno con esas normas?

¿Entonces no habrá nada de eso?

-Sí, sí lo habrá. De alguna forma. Hay lugares comunes, y también interpretación...

OK, OK, interpretaciones, ya entendí. Pero... ¿Los temblores de ahora son alguna clase de señal?

-No... la tierra siempre se mueve. Lo que pasa es que ahora ustedes tienen tantas formas de comunicarse que se enteran de todo ¡y tan rápido!

¡Uf! ¡Qué alivio!...

-Pero el planeta está cambiando, eso sí es cierto. Y tienen que entenderlo si no quieren terminar provocando ustedes mismos su perdición... una tercera guerra... por ejemplo... escasez de agua... de oxígeno...

Me estás aterrando de nuevo.

-Lo siento, es la costumbre. Para una especie que soluciona todos los problemas con cierta rapidez, inducir el instinto de supervivencia que los haga cambiar requiere medidas más extremas... les cuesta mucho escuchar... un terremotito, un huracancito, una inundación... son más efectivos que un profeta en estos días.

Tu desfachatez me impacta, es...

-Apocalíptica... ¡Ja ja ja!

Tienes el sentido del humor más retorcido...

-¡Culpable!